Mejora el tiempo, suben las temperaturas y las personas se entusiasman con hacer más deporte. Pero muchas veces comienzan a hacerlo sin tomar las precauciones necesarias, lo que puede provocar diferentes tipos de dolencias, como lesiones en las rodillas.
"Durante la caminata, estas articulaciones se someten a una presión de cerca de tres veces el peso del cuerpo, lo que se amplifica en el trote a aproximadamente 5 a 6 veces. En otras palabras, una persona que pesa 80 kilos ejerce más de 400 kilos de presión sobre la rodilla al aterrizar en cada zancada, por lo que no es extraño que la rodilla tenga alta incidencia de lesiones", explica el doctor Álvaro Zamorano, traumatólogo y jefe del equipo de artroscopia y rodilla de Clínica Bupa Santiago.
Acá te contamos sobre los síndromes más frecuentemente diagnosticados en corredores:
Síndromes más frecuentes:
- Síndrome de dolor patelofemoral o dolor anterior de rodillas
- Síndrome de la banda iliotibial (BIT) o rodilla del corredor
- Tendinitis rotuliana
- Daño meniscal
- Síndrome de dolor patelofemoral o dolor anterior de rodillas: es cuando el corredor tiene dolor localizado en la zona delantera de la rodilla, debajo o alrededor de los bordes de la rótula. Suele ser más notable al subir o bajar escaleras, caminar o trotar cuesta arriba. "El principal manejo de esta patología es mejorar el balance y fuerza muscular del muslo, logrando musculatura capaz de hacer que la articulación funcione armónicamente, con la asistencia crucial de un kinesiólogo en las primeras etapas. También son relevantes la evaluación del gesto del trote, para corregirlo precozmente. El uso de zapatillas con amortiguación adecuada (tienen una vida útil de no más de 700-800 km, dependiendo de la marca) y la elección de la superficie e inclinación del lugar donde se trote. Asimismo, puede estar relacionado con el sobreuso (exceso de volumen o carga de ejercicios) y eso requiere disminuir la cantidad de trote y mejorar la musculatura", explica el traumatólogo.
- Síndrome de la banda iliotibial (BIT) o rodilla del corredor: puede afectar tanto a corredores novatos como a corredores experimentados. El dolor tiende a ser agudo y aislado en el área justo arriba o en la protuberancia por el lado externo de la rodilla. No causa enrojecimiento, hinchazón o inestabilidad de la rodilla. A diferencia del síndrome de dolor patelofemoral, el dolor de la banda iliotibial a menudo es peor al bajar escaleras o correr cuesta abajo. Esta patología está muy asociada al exceso de cargas de trote (sobreuso), lo que requiere disminuir la cantidad de trote y mejorar el balance muscular, además de ejercicios de elongación. La participación del kinesiólogo en el tratamiento es fundamental cuando el trotador está muy sintomático.
- Tendinitis rotuliana: comúnmente llamada "rodilla del saltador", la tendinitis rotuliana puede causar dolor en la parte delantera de la rodilla, debajo de la rótula o en la protuberancia ósea en la parte superior de la canilla. El dolor puede ser leve y sentirse solo cuando se hace ejercicio, o puede ser lo suficientemente severo como para afectar las actividades diarias de una persona, como subir escaleras. Junto con el dolor, una persona puede notar hinchazón, enrojecimiento y calor en casos más severos. Tiende a ser una lesión en personas que corren en pendientes cuesta abajo y en quienes participan en deportes que requieren mucho arranque y parada. Para tratarla, es necesario disminuir la cantidad de trote y mejorar el balance muscular, tanto en fuerza como elongación, fundamentalmente de los cuádriceps.
- Daño meniscal: el menisco es una almohadilla de fibrocartílago en forma de C que separa la tibia y el fémur, entregando amortiguación y estabilidad. Puede dañarse en una lesión traumática o degradarse con el tiempo a través de mini traumas. Las personas mayores, que corren en superficies irregulares o que realizan giros bruscos y paradas bruscas (por ejemplo, jugadores de fútbol) corren mayor riesgo de dañar el menisco. Produce dolor de rodilla, hinchazón y rigidez. Además, la articulación puede ceder o bloquearse si una parte del menisco desgarrado impide el movimiento articular. La reparación quirúrgica a veces, pero no siempre, se recomienda. En estos casos de daño degenerativo, correr con una lesión en la rodilla puede exacerbar el problema, por lo que no se recomienda.
"Por eso, es muy importante prepararse antes del inicio de una actividad deportiva, haciendo una evaluación completa. Es importante tener musculatura suficiente para el deporte que se practique, planificar las distancias y las superficies donde se realizará, para así proteger las articulaciones y que estas se mantengan en buen estado", sostiene Álvaro Zamorano.
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