La rodilla es la articulación compuesta por el extremo distal del fémur y el extremo proximal de la tibia (articulación femorotibial). También la integran la rótula, articulación femoropatelar que funciona como polea para optimizar el movimiento de flexo extensión de la pierna a través de los músculos que se activan en el muslo.
Entre ambos componentes de la articulación femorotibial se encuentran dos estructuras fibrocartilaginosas en forma de semiluna: los meniscos. Está el interno (medial) y externo (lateral) que dan congruencia y amortiguación.
La estabilidad, que no depende de la contracción y tono muscular, está dada por ligamentos intraarticulares, el ligamento cruzado anterior y posterior, y por complejos ligamentosos que van fuera de la articulación por el lado interno (medial) o externo (lateral).
Al poseer gran arco de movimientos, y soportar el peso de nuestro cuerpo repetidamente, se producen lesiones asociadas a la práctica deportiva, así como también por el proceso degenerativo inherente al paso irrestricto de los años.
La mayoría de las lesiones que llegan a consulta son traumas deportivos rotacionales (giros) o cambios bruscos de dirección, que se dan generalmente en deportes como el fútbol y basquetbol. Luego del evento, se produce generalmente una incapacidad inmediata o progresiva para continuar la práctica deportiva. Si la rodilla se hincha a los pocos minutos, significa que hay hemartrosis (hemorragia intraarticular), lo que obliga a consultar pronto al deportista y las lesiones ligamentosas y fracturas deben ser descartados.
De lo contrario, si la rodilla pierde su funcionalidad con el paso de las horas o días, se siente entumecida y su rango de movimiento es limitado, lo más probable es que haya una patología de los meniscos o del cartílago articular, motivo por el cual el paciente debe consultar.
Si la práctica repetitiva del deporte como el trote, o los saltos a repetición, se generan las patologías asociadas al sobreuso deportivo, como las tendinitis, que deben ser estudiadas y tratadas.
La patología crónica de la rodilla principalmente es la artrosis (osteoartritis), que se caracteriza por el dolor progresivo, compromiso funcional de actividades de vida diaria y que puede evolucionar a la claudicación (cojera) y deformidad de la rodilla.
La patología deportiva de la cadera es propia de bailarinas, deportes como las artes marciales y el fútbol. Se presenta como una lesión subaguda o crónica y corresponde a una enfermedad asociada al movimiento que excede los márgenes fisiológicos, con la posible lesión de estructuras intraarticulares como el labrum o el cartílago, asociada a una configuración anatómica de la cadera que lo predispone (pinzamiento femoroacetabular) que en un porcentaje menor, requiere cirugía.
Los procedimientos más habitualmente realizados son:
Existen patologías que pueden ser resueltas de manera ambulatoria, lo que significa que pueden dejar la clínica el mismo día de la cirugía o al día siguiente, pasando una noche hospitalizados. Este programa incluye:
A excepción del recambio articular (prótesis) de rodilla, que en promedio tiene 3 a 5 días de hospitalización, un gran porcentaje del resto de los procedimientos requieren tener solamente un día de hospitalización, evaluándose particularmente caso a caso.
Jéfe de Traumatología y Ortopedia
Área de Interés: Rodilla.
Atiende pacientes de 15 años en adelante
Área de Interés: Rodilla.
Atiende pacientes de 15 años en adelante
Área de Interés: Rodilla.
Atiende pacientes de 15 años en adelante
Área de Interés: Rodilla.
Atiende pacientes de 15 años en adelante
Área de Interés: Rodilla.
Atiende pacientes de 15 años en adelante
Área de Interés: Rodilla.
Atiende pacientes de 15 años en adelante